—¿Estás bien, Griffin? —preguntó Luciano, observando al joven vampiro, que tenía una mirada aturdida ya que no había consumido sangre en los últimos tres días, lo que había debilitado su cuerpo.
—No es un humano, sino un vampiro, Luciano —comentó Donovan con despreocupación—. El chico estará bien incluso si no bebe sangre durante una semana. ¿No es así, Griffin?
—Necesito sangre —la voz de Griffin era baja cuando dijo.
—Hmph, debilucho —comentó Donovan, mirando con desprecio a Griffin.
Y aunque Griffin estaba en un estado debilitado de cuerpo y mente, apretó fuertemente las manos en puños. Quería golpear a Cillian y arrojarlo en el ataúd para que supiera cómo se sentía. Aún no entendía cómo un humano podía ser tan fuerte. Nunca había conocido a alguien así y levantó la mano, la apuntó hacia Cillian y se quejó —¡Este individuo nos atacó!