Donovan lo había mencionado, pero era difícil asimilar esta información. Román dijo:
—Podrías pensar que ella es alguien desconocido, pero es alguien a quien los Ancianos ya conocen, pero no sabían su verdadera identidad. Tal vez hayas escuchado el nombre antes. Avice Swan.
El nombre resonó en la mente de Julieta, y ella preguntó:
—¿No es la mujer un vampiro Anciano como los demás? Pero pensé que estaba descansando en algún lugar.
—Quizás lo estaba, y estaba allí cuando ocurrió la masacre, y luego desapareció yendo a descansar en el ataúd —respondió Román—. La mujer no se asocia con los otros vampiros y prefiere mantenerse al margen. No creo que Simón nos vaya a decir lo que está pasando, pero si no me equivoco, ella es alguien que no está del lado de nadie.
Julieta asintió con la cabeza, y al notar que los ojos de Román parpadeaban en rojo, se acercó a él. Poniéndose frente a él, colocó su mano en su pecho, debajo, donde su corazón latía de manera constante.