—Me aseguraré de que lo que le sucedió a madre no me suceda a mí —respondió Julie, mientras empujaba las sillas y las mesas hacia un rincón para hacer espacio para realizar el hechizo. Luego sacó las pociones y dibujó círculos y líneas dentro de ellas.
—No voy a morir —lo aseguró.
—Eso es lo que todos piensan. Pero terminan sucumbiendo lentamente —comentó Cillian, quien parecía agitado por la idea de que ella lo ayudara—. ¿Por qué no lo dejas estar? Yo ya he vivido lo suficiente, mientras tú tienes toda una vida por delante.
Julie, que estaba sentada terminando el diagrama de acuerdo al libro, el cual necesitaba que se escribieran símbolos en él, alzó la vista hacia Corvin, quien parecía débil. Dijo:
—Sé que no me pasará nada. Debe ser la fe que tengo en las personas a mi alrededor, sabiendo que no permitirán que me pase nada malo.