Simón cuidadosamente alejó a Conner de los cables eléctricos de los cuales el humano había recibido una leve corriente. Colocó su mano en el cuello de Conner para comprobar el pulso y miró hacia arriba, a Melanie, quien lucía completamente preocupada y ansiosa.
—¿Está bien? —preguntó Melanie.
—Sobrevivirá —respondió Simón, antes de murmurar para sí—. Si no, podemos tener una cita cavando la tierra y diciendo nuestro adiós.
—¿Qué? —Melanie no escuchó lo que Simón dijo por el sonido de la lluvia y su enfoque en su amigo.
Simón le ofreció una sonrisa radiante como si él fuera el que hubiera sido electrocutado por los cables antes de decir—. Te estaba diciendo que deberíamos encontrar un lugar para pasar la noche. Solo para que no nos atrapen o caigamos enfermos. Sin mencionar que sería difícil escapar de aquí con Conner en esta condición.
Melanie, obediente, le dio un asentimiento—. Está bien. Vamos.