Un bostezo escapó de los labios de Julie mientras caminaba hacia su dormitorio con Román a su lado. Estaba contenta de volver, lista para dejarse caer en su cama ya que no podía mantener los ojos abiertos más tiempo. Román desbloqueó la puerta, y ella fue a sentarse en el borde de la cama.
Román no había cerrado la puerta, y ella le preguntó —¿Tienes que ir a algún lugar?
—Voy a buscar a Evans para ver qué sabe. Invoca al Corvin si necesitas, para que te vigile —dijo Román.
—¿No vas a descansar? —preguntó Julie, y una mirada tierna apareció en sus ojos.
Román caminó hasta donde estaba ella, y se sentó en el suelo frente a ella sobre sus talones. —Tengo algunas cosas de las que ocuparme y verificar. Una vez que termine con ello, volveré contigo, como siempre.
Julie asintió con la cabeza, sus ojos buscando algo en los de él, y cuando no encontró la sed de sangre tan potente como lo estaba antes, dijo —No mates a nadie...