Maximus observó a Román alejarse del cementerio como si no hubiera estado allí, frente a la tumba de Piper, llorando por ella en silencio. Había notado la mirada en los ojos de Román, la cual lucía vacía y fría como si lo que había antes hubiera desaparecido. Como si algo se hubiese roto y ahora era difícil de arreglar.
No se suponía que esto sucediera, pensó Maximus para sus adentros y, antes de que las cosas pudieran salirse de control, se apresuró a salir del bosque restringido. Cuando llegó a la enfermería, entró en la oficina de la Dra. Isolde, buscando a Olivia, pero no había nadie en la habitación.
Al llegar a una de las salas de la enfermería, Maximus finalmente encontró a Olivia allí.
—Has vuelto temprano —Olivia le dijo a Maximus en voz baja. Se dirigió hacia la puerta de la sala, girando para revisar que Julie estuviera dormida.
—Sí —la respuesta de Maximus fue breve, y había un pesar en su voz.
Las cejas de Olivia se fruncieron sutilmente y preguntó con preocupación: