Penny sabía eso. ¿Qué tan astuta debía ser una familia para no ser capturada por los Delcrov o cualquier otro consejero en el vecindario? Sin olvidar…
—Damien, ¿crees que había algo en la taza de té de ayer?
—Mhmm, me alegra que convirtieras el té en agua.
—Sabías —Penny sonrió al recibir una sonrisa de vuelta—. ¿Cómo lo supiste?
—Creo que fue la señora Artemis quien estaba interesada en darte las teteras de té una y otra vez, que bebiste como agua ayer. Habiendo ya discutido lo que son o podrían ser, no quería tomar el riesgo mientras también sabía que tú lo cambiarías. La mujer se delató por sus ojos, que se movían de un lado a otro entre ti y la taza de té. Las brujas a menudo ponen cosas en lo que comemos o bebemos para hacernos obedecer y así poder aprovecharse.