Cuando Damien había tomado la mano de Penny en la suya, listo para aparecerse de aquí a la tierra de Valeria para que pudieran regresar a la mansión Delcrov, ella esperaba estar de vuelta en la mansión. En la habitación. Pero cuando sus cuerpos se detuvieron en medio del bosque, era obvio saber que esto no era Valeria.
—¿Dónde estamos? —Penny preguntó, preguntándose si Damien había tenido un cambio de último minuto en el plan de ir a la mansión del Señor Alexander.
—En realidad no tengo ni idea —Damien le respondió. Sus ojos se movían de izquierda a derecha—. Ah, ese bastardo de Alcaide. ¡Qué barato! —sus ojos se estrecharon mientras descubría lo que había ocurrido—. La sangre no era pura sino probablemente un espesante artificial que se utilizaba para aumentar su cantidad.
—El Maestro Damien fue engañado —Penny señaló.