—Dime y veré si podemos hacerlo realidad —podía sentir el latido de su corazón, volcándose en su propio ritmo.
¿Qué pensaría ella sobre su castigo? Si él supiera que ella no sabía qué hacer más que cavar un hoyo sobre sus pensamientos salvajes.
—Podemos intentar otros métodos si continúas siendo desobediente con el castigo simple —había un brillo malvado como si él estuviera esperando a que ella lo desobedeciera para poder probar.
¿Qué pasó con hacerla feliz y cómoda? Si no fuera por el frío, Penny estaría sudando balas.
Las cosas en su mente eran algo que ella no quería que él supiera, pero él estaba ansioso por desentrañar lo que había allí. Había habido muchas veces cuando su mente se había desviado cuando se trataba de él y, sinceramente, no era su culpa. El hombre seguía entrando y saliendo sin camisa, haciéndolo parecer un pedazo de carne que colgaba frente a ella. Era una mujer saludable y había fantaseado con él después de su baño juntos.