—Los ojos del posadero estaban muy abiertos y ella tropezó detrás mientras el vampiro, a quien no sabía que era un vampiro de sangre pura, se le acercaba. Agitaba su mano detrás de ella como intentando buscar a la última mujer que quedaba en pie, mientras otro brujo era despedazado cuando no sintió nada más que aire vacío tras ella. Cuando se giró para mirar a la bruja negra, alta y delgada, la mujer ya no estaba allí y miró hacia atrás presa del pánico.
—Damien fue directo a su cuello, levantándola del suelo de tal manera que sus piernas comenzaron a moverse furiosamente como un pez que ha sido sacado del agua —¿Cuál es el plan? —le preguntó.
—La bruja blanca movió la cabeza indicándole que no sabía nada y que solo estaba ayudando a las brujas —¡Por-por-favor, per-dóname!