—¿Irás? —preguntó la otra bruja negra al ver a Ester empezar a recoger las cosas que necesitaría antes de colocarlas en una bolsa—. La joven bruja negra miró a la persona que parecía ser mayor que ella en apariencia.
Su expresión era calmada y seria. Sus ojos miraban a la bruja negra como si dijeran: «¿Necesitas algo más?», aunque fuera una pregunta simple, había algo muy inquietante en la forma en que lo preguntó, parecido a nada menos que un cadáver siendo obligado a hablar.
—No, deberíamos estar bien. Que tengas un buen viaje —dijo la bruja negra inclinando su cabeza al ver a Ester empezar a alejarse de allí—. ¿A dónde crees que va? —preguntó la mujer al brujo negro que estaba junto a ella.