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Levantando la mano con cuidado, tomó el tubo de vidrio. No aplicó mucha presión sobre él porque tenía miedo de que terminara rompiéndose de manera similar a como el último se había hecho añicos en sus manos. Estaba segura de que no había hecho nada y se había roto solo, pero ¿cómo podría un vidrio romperse por sí mismo?
Su mano fue gentil alrededor del tubo de vidrio. Los ojos de Damien se desplazaron de su mano a la poción en su interior. Enfocándose en el líquido, —¿Qué se siente al sostener el vidrio? ¿Algún cambio? —le preguntó seriamente.
Penny, que había estado acostumbrada a los ojos de Damien y a cada una de sus expresiones faciales cubiertas de picardía y sarcasmo a veces, verlo así le resultaba algo intimidante. Toda su persona había cambiado a una seria.
