Su Xiaofei se sentía estirada, pero sabía que otro empujón seguramente le traería incomodidad o dolor. Sin embargo, era imposible para ellos detenerse ahora. Se preparó, sabiendo que ya era hora de que ella y su esposo se convirtieran en uno.
Su Xiaofei confiaba en él con su vida y sabía que él nunca la lastimaría intencionalmente. Por eso se preparó mentalmente para amarlo con todo lo que tenía, para darle todo lo que había perdido en su vida anterior por su causa.
Lu Qingfeng empujó con la cadera y se adentró de un solo golpe hasta quedar profundamente asentado dentro de su esposa. Gruñó desde lo más profundo, incapaz de pensar con claridad, no cuando las suaves y cálidas paredes de ella lo apretaban deliciosamente. Ahora entendía por qué muchas personas se entregan a las actividades sexuales.