Lu Qingfeng la miraba incrédulo. Pensó que estaría molesta con él, pero no lo estaba.
—¿No estás enojada conmigo? —preguntó cauteloso, queriendo ver si ella decía la verdad. Su relación aún era nueva y frágil, y no quería molestarla solo porque no pudo controlar sus arrolladoras hormonas.
—No —dijo Su Xiaofei sin aliento. Todavía era consciente de lo rápido que su corazón latía en su pecho.
—¿No es esto normal entre amantes? No somos solo novios de todas formas —ella le dio una mirada cómplice que hizo que Lu Qingfeng se congelara, sus ojos observando su collar. No había esperado que Su Xiaofei conociera la razón detrás de darle esta reliquia familiar.
Cuando él no dijo nada en su defensa, ella continuó.
—Sé lo que significa tenerlo, y estoy dispuesta a compartir tu carga en el futuro —dijo con una sonrisa, sin romper el contacto visual. Lu Qingfeng ya debería saber que él era el único hombre al que ella permitía estar cerca de ella.