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Su Xiaofei casi había olvidado a Ye Mingyu ya que esta última no había aparecido por días. Sin embargo, esa mañana, ella y Xi Qian se encontraron con Ye Mingyu en el pasillo fuera de su clase. Se veía más angustiada de lo habitual, no es que Su Xiaofei estuviera preocupada por ella, pero algo debió haber sucedido para que Ye Mingyu actuara así.
—Feifei, ¿cómo va el caso de divorcio de la Tía Qing? —preguntó Xi Qian mientras Ye Mingyu las ignoraba y entraba en su propia aula.
—No estoy segura. Solo ha pasado una semana desde que Mamá lo demandó. Le guste o no, no tendrá otra opción más que firmar esos papeles —respondió Su Xiaofei con indiferencia.
El mundo de Su Haoran estaba empezando a volverse más pequeño. Su Xiaofei quería ver cómo su querida Da Jie lograría darle la vuelta a la situación a su favor. Se negaba a creer que la Ye Mingyu que conocía en su vida pasada aceptaría fácilmente la derrota así.