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Si uno se fijara detenidamente en Su Xiaofei, lo que Xi Qian acababa de decir tendría mucho sentido.
El parecido entre ella y Bai Qingyue era de aproximadamente un ochenta por ciento en cuanto a rasgos faciales. La única diferencia que uno podría notar era que, mientras Bai Qingyue era como un hada de otro mundo, Su Xiaofei era como una reina de hielo dominante con su mirada aguda y fría, velando sus pensamientos y emociones de los demás.
Si no hubiera renacido, Su Xiaofei seguiría siendo hoy día ajena a su verdadera relación con esta mujer. Antes de su muerte, Lu Qingfeng había podido encontrar la verdad sobre sus padres biológicos, lo cual la dejó sin habla al revelarse que Bai Qingyue era su verdadera madre.
