Su Xiaofei se irguió y se negó a retroceder. Simplemente levantó una ceja hacia él, antes de girar la cabeza con despreocupación para encontrarse con la otra persona que estaba sentada junto a ella. Sin embargo, los ojos de Mo Yuchen permanecían en ella, observándola con curiosidad.
Mo Yuchen podía ver que esta mujer era muy diferente de su esposa en su vida anterior. Aunque todavía tenía aire de arrogancia, sus ojos tenían un destello de inteligencia. Estaba lejos de la confianza arrogante y desubicada que solía mostrar antes.
Su esposa solía ser una mujer despreocupada, haciendo lo que quisiera hasta saciarse. Otros pensaban que era despiadada y egoísta, pero para él, era una mujer que nunca había experimentado la amargura, lo que a su vez plantó esa arrogancia desde su juventud.