—Cuando viniste a quedarte aquí en la Mansión Lu, siempre pensé en llevarte a mi habitación de esta manera —dijo Lu Qiang, deteniéndose frente a la puerta de su habitación mientras llevaba a Jiang Yuyan en brazos.
—Tus intenciones eran así desde el principio. ¡Qué pervertido!
—Para ti, siempre —rió él.
Llevándola adentro de la habitación, Lu Qiang la puso en la cama y se quedó sobre ella, sin esperar ni un solo momento.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó ella, ya que quería ver la habitación primero porque a partir de ahora era su habitación también. Quería revisar cada cosa primero.
—Había más que solo llevarte a mi habitación en brazos —respondió Lu Qiang mirándola fijamente, su mirada pasando de sus ojos a sus labios.
—¿Qué más? —preguntó ella.
—Llevarte a mi cama y reclamarte como mía —respondió Lu Qiang.
—¿Así que tenías estas cosas en mente durante mucho tiempo? —preguntó Jiang Yuyan con curiosidad.
—¡Hmm! —asintió Lu Qiang.