—Solo para ti, señor Lu —susurró Jiang Yuyan en sus oídos.
El suave susurro de ella mientras rozaba sus labios con los lóbulos de sus orejas lo hizo exhalar por la boca y aún inhalando su aroma en el hueco de su cuello, dijo —La señora Lu definitivamente sabe cómo excitarme.
Una sonrisa traviesa apareció en su rostro.
Lu Qiang desató los dos nudos de su sujetador, uno en la parte de atrás de su cuello y el otro en las tiras de la espalda. Sosteniéndolo con sus manos, lo ondeó frente a su cara y dijo —los nudos parecen mejores que los ganchos— y lo dejó caer al suelo dejándola desnuda.
Jiang Yuyan le lanzó una mirada y dijo, mientras pasaba su vista por su torso medio expuesto —Te ves mejor sin camiseta que con una puesta.
Entendiendo el significado, Lu Qiang se quitó la camisa —¿Contenta?
Ella negó con la cabeza —No hasta que me dejes tocarlo.
