Cuando Nixxxie fue al baño, intentó desabrochar su vestido, pero el cierre se atascó con algo y no podía bajarlo y como estaba en la parte de atrás eso le dificultaba ver qué estaba mal aunque intentara mirar en el espejo de la pared del baño encima del lavabo.
Intentándolo durante mucho tiempo y finalmente renunciando, salió del baño y se dirigió a Jiang Yang, que estaba descansando en el sofá con los ojos cerrados. No quería molestarlo pero no tenía otra opción.
—¡Ejem-Ejem!
Al oír su tos, Jiang Yang abrió los ojos, que lucían cansados y somnolientos. Viéndola aún con el mismo vestido, preguntó:
—¿Qué pasó?
Nixxxie se aclaró la garganta y dijo con dudas:
—El cierre de mi vestido está atascado y no puedo...
Antes de que pudiera completar su lenta frase de palabras torpemente dichas, Jiang Yang se levantó del sofá y dijo:
—Gira.