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—Ya veo. Entonces mi esposa quiere hacer algo por su esposo y su pequeño cuñado —preguntó Lu Qiang.
—Jiang Yuyan asintió—. Hmm y va a ser una sorpresa, así que no tienes permitido verlo.
—Está bien, no lo haré.
—Entonces, ¿cuándo puedo volver aquí? ¿Mañana? —preguntó Jiang Yuyan.
—¿Quién dijo que vamos a volver?
—Jiang Yuyan preguntó sin estar segura—. ¿Vamos a quedarnos aquí?
—¡Hmm! Hasta que termines tu trabajo.
—Una amplia sonrisa se dibujó en su rostro y no pudo evitar abrazar a Lu Qiang—. Muchas gracias.
—Lu Qiang la abrazó también y dijo—. ¿Por qué? Esta es nuestra casa y puedes estar aquí siempre que quieras.
—Lo sé, pero rara vez venimos aquí y nos quedamos más en la Mansión Lu, así que pensé que no sería posible estar aquí por unos días más.
—Cierto, pero si hay algo que te gustaría hacer solo aquí, puedes estar en cualquier momento y después podemos volver a la Mansión Lu —respondió Lu Qiang.
