—Está bien, pero tu hermano lo hizo enfermar —respondió Lu Qiang.
Jiang Yang se rió y dijo:
—Nada se siente mejor que molestar a mi querido amigo.
—Puedo comprender a Lu Feng ya que lo he vivido. Antes el blanco de hermano Yang era yo y ahora es Lu Feng —dijo Jiang Yuyan.
Al oír a su hermana, Jiang Yang dijo:
—¿De qué hablas, pajarito? ¿Qué blanco? Es mi amor por ustedes.
—¿Por qué no le demuestras un poco de tu amor a Lu Qiang entonces? —preguntó Jiang Yuyan.
Dando un profundo suspiro, Jiang Yang respondió:
—Me gustaría, pero no lo necesita ya que está desbordado de amor por ti y mi amor es solo para quien lo necesite.
—Entonces guárdalo solo para Nixxxie. Ella lo necesita desesperadamente —dijo Lu Qiang.
—No te preocupes, tengo una cuota ilimitada de amor conmigo —dijo Jiang Yang— y caminaron hacia la puerta de la Mansión Lu.
—No creo que vayas a conseguir entrar en su habitación —dijo Lu Qiang.