—Ese beso. No me detuviste —dijo Jiang Yang.
—Yo... Estaba somnolienta, así que no pude procesar lo que estaba pasando entonces... —decía Nixxxie y se detuvo sin saber qué decir.
—Pensé, esperabas cada noche a que yo entrara en la habitación y te acariciara la cabeza —todo el tiempo Jiang Yang sabía que ella fingía dormir.
Al oírlo, ella se sintió como una ladrona atrapada y no sabía cómo responderle. Viéndola avergonzada, él cambió de tema:
—Te has perdido tantas clases.
—¡Hmm! Me pondré al día una vez que vuelva a la universidad. Jiang Yuyan está allí para ayudarme —ella soltó un suspiro de alivio por el cambio de tema.
—¡Cierto! —él pensó en algo y preguntó—. Estás aquí conmigo. Tu madre, ¿ella sabe de esto?
Ella asintió:
—Se lo dije y ella dijo que está bien.
Jiang Yang sonrió:
—Parece que tienes una madre genial como la mía.
—Ella me ama mucho —respondió Nixxxie.