—Arrancándola con sus dientes —Lu Qiang separó la liga del portaligas de las medias que ella llevaba puestas. Después de haber terminado con una pierna, hizo lo mismo con la otra pierna lo cual dejó visible la piel clara de sus bonitas piernas.
Esta vez no se dijo ni una sola palabra. Ambos estaban en sintonía y ambos podían entender lo que el otro quería con solo mirarse a los ojos o sintiéndolo así nomás. Quitando las medias y arrojándolas al suelo, Lu Qiang se inclinó sobre ella para besar sus labios hinchados que estaban esperando su atención.
Besándola ferozmente una vez más mientras sujetaba sus manos en el colchón a cada lado de ella con sus dedos entrelazados entre sí, él bajó hacia ella. Dejando una estela de besos y acurrucándose en su suave piel, se detuvo en su abdomen inferior.