—Sal de eso Yuyan. Era una conversación normal para los Lu y te acostumbrarás —dijo Jiang Yang.
—¡Hmm! Lo sé. Puedo verlo como el hombre que está conmigo es demasiado audaz y descarado —dijo ella mientras miraba a Lu Qiang.
—No puedes convertirte en un Lu si no puedes ser audaz y descarado. Estos rasgos vienen por defecto en los Lu —dijo Lu Feng a lo que Jiang Yang respondió en tono de broma—. Entonces, ¿por qué no eres audaz conmigo querida y siempre huyes de mí?
—Creo que últimamente estás lleno de tonterías y necesitas sacarlas cuanto antes —dijo Lu Feng frunciendo el ceño al escucharlo.
—¡Owww! Eso fue demasiado, querida. Si te preocupa tanto, ¿por qué no me ayudas a sacar las tonterías? —dijo Jiang Yang, yendo un paso por delante de él, sin que nadie pudiera superarle en ser más sinvergüenza.
—Tú... —Lu Feng estaba muy molesto con esto, pero antes de que pudiera decir algo, alguien habló.