—Al verlo bajarse de la cama, Jiang Yuyan se sentó en la cama y exclamó:
—¡Espera! Yo... no quise hacerte sentir mal. Puedes quedarte. Yo me encargo.
—Lu Qiang se arregló la ropa y dijo con calma mientras miraba su rostro triste:
—No estoy molesto. Solo vine aquí para verte y dormir a tu lado. Te extrañaba tanto que era difícil conciliar el sueño sin ti. Como ya te vi y dormí bien, puedo volver.
—Al oírlo, Jiang Yuyan se sintió mal por haberle pedido que se fuera. Ella también se bajó de la cama, se acercó a él y lo abrazó diciendo:
—Lo siento.
—Lu Qiang le acarició la cabeza y dijo:
—¿Por qué lo sientes? Está todo bien, solo dame un buen beso y me sentiré aún mejor.
—Ella lo miró y preguntó de manera juguetona:
—¿Solo un beso?
—No me importaría si hay algo más —respondió él.
—Jiang Yuyan rodeó con sus brazos su cuello y lo miró con una sonrisa, lista para besarlo. Lu Qiang rodeó con sus brazos su espalda y dijo: