Jiang Yuyan lo miraba parado bajo la ducha y sabía que estaba tratando de contenerse, por eso no se acercó a él aunque pensara lo contrario. Quería acercarse a él, abrazarlo y permitirle hacer lo que quisiera, pero no quería que sucediera mientras estuviera bajo la influencia del alcohol. Era consciente de que estar con él y cruzar todos los límites serían los mejores momentos de sus vidas, así que también quería que sucediera en el momento adecuado y no de repente en una instancia aleatoria.
Mientras Lu Qiang luchaba para calmarse, Jiang Yuyan se quitó la ropa mojada, se cubrió con una toalla y salió del baño. Lu Qiang no la miró porque temía a sus propios deseos. Cuando Jiang Yuyan salió del baño y él escuchó el sonido de la puerta cerrándose, finalmente abrió los ojos.