Me preguntaba por qué estaba haciendo eso. ¿Hice algo para ensuciar su ropa? Inmediatamente pedí disculpas:
—Yo... yo lo siento, si arruiné tu ropa. Le pediré a mi hermano que te compre una nueva. Se rió de nuevo y dijo:
—No sé acerca de la ropa pero estás arruinando mi humor, así que cierra la boca. Todavía no entendía lo que decía. No sabía qué hice mal pero solo quería seguir disculpándome sin razón alguna para que me dejara ir. Se quitó la ropa y no me sentí bien al verlo. Olvidé todo ese dolor y luché con todas mis fuerzas para liberar mis manos y mis piernas después de verlo desnudo. Miré a esos dos chicos y les pedí que me dejaran ir pero se rieron y dijeron: