Cuando Lu Qiang y Jiang Yuyan se besaron en la habitación silenciosa, solo quedaron los sonidos de su respiración entrecortada, los suaves gemidos de Jiang Yuyan y el ruido que hacían sus cuerpos contra la pared de cristal.
Jiang Yuyan quedó atrapada entre la pared de cristal y Lu Qiang, mientras él la presionaba con fuerza contra la pared al besarla con toda su intensidad.
La mano derecha de Lu Qiang sostenía la parte posterior de su cabeza mientras sus dedos jugaban con su cabello atado en un moño flojo, y su otra mano volvió a descansar sobre la pared de cristal detrás de Jiang Yuyan.
Sus besos intensos la hacían gemir de manera seductora, y no podía controlar aquellos sonidos ni aunque quisiera. El toque de sus labios cálidos, finos y suaves la seducía a pedir más. Ella le correspondía con la misma pasión, succionando y mordisqueando sus labios y utilizando su lengua para saborearlo.