Lu Qiang no podía decir nada más al sentirse culpable por haberla molestado en este día tan especial, ya que era en parte responsable de ello. Lu Qiang sabía que Jiang Yang no se había presentado para celebrar el cumpleaños de su hermana porque quería permitirle pasar un tiempo a solas con Jiang Yuyan.
—¿Quieres regresar? —preguntó Lu Qiang, aunque no deseaba hacerlo.
Jiang Yuyan negó con la cabeza:
—Ya que estamos aquí, quedémonos un rato.
Jiang Yuyan creía que si aceptaba regresar, heriría a Lu Qiang ya que él podría pensar que no confiaba en él.
Esta vez no quería herirlo. No era que no quisiera estar con él, sino que tenía miedo de que algo como aquella noche sucediera otra vez y él resultara herido. Sabía que él le gustaba y que él estaba haciendo lo mejor posible para complacerla en su cumpleaños.
Levantándose del sofá, Lu Qiang le ofreció su mano mientras instruía:
—Ven conmigo.