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Después de tomar la ducha, vistiendo una bata, Jiang Yuyan fue a su cama y tomó el vestido de la caja de regalo. Observándolo, lo tocó para sentir su tela suave y tenía una sonrisa agradable en su rostro. Revisó los accesorios dentro de esa caja y movió la yema de sus dedos sobre ellos para sentirlos.
Aunque Jiang Yuyan no esperaba que Lu Qiang apareciera de repente así, porque se sentía vacilante de enfrentarlo otra vez y ya había decidido mantenerse alejada de él, en su corazón, estaba contenta de que viniera.
Estaba feliz de que él trajera regalos para ella, y de que la llevara a salir en su cumpleaños.
Dejando de lado el dolor en su corazón que había experimentado en su pasado, se sintió feliz y emocionada como cualquier chica normal y deseaba atesorar ese momento.
