Lu Qiang permaneció helado en su sitio mientras veía a Jiang Yuyan desaparecer de su vista. La culpa llenaba su corazón hasta tal punto que no se atrevió a detenerla o seguirla.
Una vez que se quedó solo, sintiéndose impotente, Lu Qiang se sentó en el sofá, inclinándose hacia adelante mientras sus codos descansaban sobre sus rodillas, su rostro enterrado en su palma. Sin saber qué hacer, continuó sentado allí en silencio.
Lamentaba sus acciones ya que nunca pensó que podrían afectar severamente a Jiang Yuyan. Se quedó allí sentado largo rato mientras su mente era un caos. Pasando los dedos por su cabello, se recostó en el sofá mientras soltaba un profundo suspiro.
Por un momento, Lu Qiang pensó en llamar a Jiang Yuyan, pero estaba ocupado con la cirugía. Además, ¿qué podría haber dicho, cuando Jiang Yang le dejó a su hermana confiando en él, y él simplemente rompió esa confianza?
