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—Jefe, ¿pasó algo? —Finalmente, Xiao Min reunió el valor para preguntarle.
—Lu Qiang tosió avergonzado cuando se dio cuenta de que estaba siendo observado. Aclarando la garganta, Lu Qiang respondió con su habitual cara de póker:
— Nada. Solo estaba pensando en algo.
—¿Hay algo que te preocupe? —Xiao Min sabía que esta pregunta era inútil ya que su jefe sonreía de oreja a oreja. Algo bueno debió haberle sucedido.
—¡No! —Lu Qiang contestó con voz firme.
Como Xiao Min y el conductor habían pensado, esta discusión terminó con el "No" pero para su sorpresa, su jefe volvió a hablar.
—Solo pensando en cómo devolver un favor —diciendo esto, Lu Qiang abrió el archivo de nuevo y comenzó a revisarlo.
Xiao Min no había esperado que su jefe dijera seis palabras más después de la respuesta inicial. Esto también sorprendió al conductor. No se atrevió a preguntar más, seguro de que la cuota de palabras del jefe se había cumplido por el día.
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Jiang Yuyan estaba esperando a su hermano en el coche cerca del cruce. Había pasado media hora, y él todavía no había regresado. Justo cuando iba a hacer una llamada, escuchó un golpe en la ventana.
Era su hermano, sosteniendo una bolsa de compras. El conductor destrabó la puerta para él y Jiang Yang puso la bolsa en el asiento del pasajero delantero y luego se sentó al lado de su hermana. El conductor arrancó el coche, y se dirigieron de regreso a su casa.
—¿Qué hay en esa bolsa? —preguntó Jiang Yuyan.
—Una sorpresa para ti —dijo él con un guiño.
—¿Para mí? —preguntó ella, sorprendida.
Riendo un poco, dijo:
— No te emociones demasiado. Solo son ropa interior para mí en esa bolsa.
Ella resopló ante el comentario y eligió mirar por la ventana.
Viendo su reacción, Jiang Yang exclamó:
— ¿Qué? ¿Quieres ver? No me importa. Son bastante sexys —y fingió tomar esa bolsa de compras del asiento delantero.
—¡No es necesario! —Jiang Yuyan no habló más, pero pensó, '¿Por qué a estos hombres no les importa mostrar su cuerpo? ¡Sinvergüenzas!' Cerrando los ojos, se recostó para echar una siesta. Cuando llegaron a casa, eran casi las 6:30 p. m. Jiang Yuyan fue directo a la cama ya que estaba cansada hasta los huesos.
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7 p. m., Mansión Lu.
Lu Qiang llegó a casa más tarde de lo habitual. Había pasado horas extras tratando de ponerse al día con el trabajo acumulado.
Cuando Lu Qiang llegó a la sala de estar, dos figuras se acercaron a él.
—Hermano Lu Qiang, ya volvimos —Lu Lian y Lu Bao, sus hermanas menores, lo saludaron.
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Lu Lian era la hermana de Lu Qiang mientras que Lu Bao era la prima de Lu Qiang y la hija de Lu Chen. Era un año más joven que Lu Lian. Las dos habían ido de viaje con sus amigos durante las vacaciones de verano. Las hermanas compartían un vínculo cercano y eran las mejores amigas.
Lu Qiang las miró con una sonrisa. —¿Cómo estuvo su viaje? —preguntó.
Sonriendo radiante, Lu Lian respondió, —¡Fue increíble!
Lu Lian, una chica tranquila, bonita y sobria que siempre escuchaba a los mayores. Rasgos esculpidos, piel clara como su madre, el mismo color negro de ojos que sus hermanos y cabello negro que le llegaba a los codos, más alta que las chicas de su edad.
—¡Sí! Fueron las mejores vacaciones que hemos tenido. ¿Cómo estás, hermano Lu Qiang? ¿No nos extrañaste? —preguntó Lu Bao.
Lu Qiang contestó, —¡Claro que sí!
Lu Bao, una chica traviesa y siempre tan emocionada que podía meterse en problemas y siempre arrastraba a Lu Lian a esos problemas. Figura pequeña, cara inocente pero llena de travesura cuando planeaba algo. Rasgos delicados, ojos grises, piel clara, cabello castaño corto hasta los hombros. Solo le tenía miedo a una persona y esa era su madre Su Hui.
—¡Eh! Deja que respire primero. Acaba de volver de la oficina.
Era Lu Han con su esposa, Lu Xiu. —¿Cómo estás, Lu Qiang? —Lu Han preguntó, dirigiendo su atención a su primo.
Lu Han, el hijo mayor de la familia y el hijo de Lu Chen y Su Hui. Una figura alta y atractiva como los demás hombres de la familia Lu. Ojos grises, cabello castaño, el rostro siempre llevaba una sonrisa agradable que lo hacía ver incluso más inteligente y accesible.
Era una persona de trato fácil, exactamente lo opuesto a cómo eran Lu Qiang y Lu Feng, lo que lo convertía en una figura perfecta como hermano mayor que siempre cuidaba de los más jóvenes.
—Estoy bien —contestó Lu Qiang—. ¿Cuándo llegaron?
—Hace un rato —respondió Lu Han.
Hace unos años, el abuelo Lu llamó a Lu Chen a la ciudad porque extrañaba vivir con sus dos hijos. En ese momento, la responsabilidad del negocio en la ciudad cayó en Lu Han. El negocio en la ciudad era el origen de la Corporación Lu y no podía ser ignorado; alguien de la familia necesitaba estar allí todo el tiempo.
—Hermano, ya volviste —Lu Lijun corrió cuando vio a su hermano. Lu Qiang simplemente le palmeó la cabeza con una sonrisa.
—¿Viste lo que nuestras hermanas me trajeron? ¡Un atrapasueños! Ahora no tendré malos sueños. ¿No es bonito? —Él sostuvo el colorido atrapasueños de hilos en su mano.
—De hecho —respondió Lu Qiang—. Hablaremos más tarde después de que me refresque.
Lu Lijun asintió. —El abuelo llamó a todos al jardín, así que voy para allá.
—¡Está bien! Pronto estaré allí.
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En la residencia Jiang.
Jiang Yuyan estaba acostada en su cama con los ojos cerrados. Recordaba el incidente frente al baño y las palabras pronunciadas por el hombre. Sentándose en la cama, se tocó los labios y exclamó, —¡Acabo de tener mi primer beso! ¿Cómo puede ser?
—Mi primer beso ocurrió así, ¡y encima con un extraño! —Se recostó de nuevo, asombrada por la realización. Tirando el edredón y las almohadas, se agarró el cabello mientras lloraba.
—Mi primer beso... ¡mi primer beso fue robado!