Zhao Wenjin se enfureció tanto que su rostro adquirió un tono oscuro de rojo. Sus manos se convirtieron en puños tan apretados que comenzaron a temblar. Se giró bruscamente hacia sus guardaespaldas, señalándoles que avanzaran.
Ella rodó los ojos al verlo susurrarles algo. Ya sabía cuál era su plan: arrastrarla a casa y darle una paliza.
Había una razón por la cual ella no cenaba con ninguno de los miembros de su familia. Siempre terminaba en una discusión o pelea. En este momento, la comida ni siquiera había llegado y ya se estaba gestando una discusión.
Zhao Lifei sabía que no debería haber provocado a su padre y pretendido ser una hija buena y obediente para darle prestigio frente a su tío mayor. Pero hace tiempo que dejó de intentar complacer a sus padres con la esperanza de recibir el mismo amor familiar del que Linhua es colmada.