—Señor Yang, no estoy seguro del propósito de su visita. La Corona Plateada no ha interferido en los asuntos del Clan Yang —dijo Ren Xiong con incertidumbre.
—Pistola Sangrante —Yang Feng habló, sus ojos helados aterrizaron sobre el patético hombre frente a él.
Ren Xiong palideció al escuchar el nombre de la pequeña banda que había aniquilado. Claro que los conocía, ¿pero qué tenían que ver con todo esto?! ¡¿Qué hicieron esos malditos para ofender a Yang Feng y hasta hacer que movilizara a su equipo élite de gente?!
—Sí, eran una pequeña banda que trabajaba bajo nuestras órdenes —Ren Xiong balbuceó. Maldijo en su mente. ¡Maldición, soy mayor que él, por qué tengo que mostrar respeto a este jovencito?! Pero no se atrevió a decir esto en voz alta. Él era despiadadamente loco, pero Yang Feng estaba en un nivel completamente diferente de locura.