Después de que Yang Yulong accediera rápidamente al plan en el lapso de tres segundos, Zhao Lifei supo que estaba acorralada sin lugar a donde huir. Así que, se rindió voluntariamente al plan de Yang Ruqin y rezó por lo mejor.
Justo después de que Yang Yulong aceptara el plan, el teléfono de Yang Ruqin sonó. Su manager había llamado a Yang Ruqin para una audición, para una campaña de perfume de una empresa muy prominente. Sin poder oponerse a su severo manager, Yang Ruqin se despidió a regañadientes de Zhao Lifei.
A veces, a Zhao Lifei le divertía lo pegajosa que era Yang Ruqin. Habían sido así desde que usaban pañales...
Zhao Lifei salió del hospital y se dio cuenta de lo temprano que era por la tarde. El sol brillaba en el cielo y eran solo las dos de la tarde.
Como su agenda estaba en blanco sin ninguna reunión importante con su abuelo, Zhao Lifei decidió matar el tiempo y deambular por las calles de Shenbei.
Después de unas horas de dar vueltas sin pensar, disfrutando del almuerzo en un pequeño café encantador y visitando la librería más cercana, finalmente el sol comenzó a ocultarse.
Zhao Lifei echó un vistazo a su reloj y se sorprendió al ver que eran las seis. Se sorprendió más de que incluso después de sus largas caminatas, todavía estuviera en las inmediaciones del Primer Hospital. De hecho, el enorme edificio blanco estaba justo al otro lado de la calle.
Decidiendo que lo mejor era irse a casa, estaba preparada para llamar un taxi cuando algo captó su atención.
Una viejecita estaba vendiendo verduras, pero parecía que no había hecho mucho negocio. Su carrito aún estaba lleno, a pesar del largo día que había pasado intentando venderlas.
Zhao Lifei se apresuró a caminar hasta la tienda de la esquina más cercana, compró un paquete de calentadores de manos, y luego se acercó a la anciana.
—Buenas tardes, señora —saludó cortésmente Zhao Lifei a la anciana.
Se sorprendió al ver la gran variedad de verduras de cultivo local. Parecían realmente frescas y bien cultivadas.
—Buenas tardes, jovencita —la mujer sonrió, revelando finas líneas de arrugas de una abuela envejecida.
—Hace bastante frío esta noche, esto debería calentarte —Zhao Lifei colocó el calentador de manos en la mano de la abuela, sorprendiéndola en el proceso.
—Ay, gracias, querida. No pensé que los jóvenes de hoy en día fueran tan educados —dijo ella alegremente, colocando algunas piezas extra de verduras en la bolsa de Zhao Lifei gratis.
—Ah, no hay necesidad —pero era demasiado tarde, la mujer ya había colocado algunas cosas adicionales en la bolsa de Zhao Lifei.
—No te preocupes, querida. La bondad no tiene precio —la mujer sonrió de nuevo, con los ojos arrugados.
Zhao Lifei se mordió los labios y decidió que lo mejor era comprar más. Las verduras tenían un precio decente, quizás un poco más bajo que las plantas de supermercado de cultivo comercial, pero la abuela era muy humilde con los precios.
—Oh, ¡qué gran familia debes alimentar! —la abuela se rió de la cantidad de verduras que Zhao Lifei estaba comprando.
—No, no, no tengo familia. Simplemente disfruto mucho comer verduras —Zhao Lifei se rió de la idea de una familia. ¿Se veía tan mayor? ¿Quizás una madre nueva? El pensamiento repentino de convertirse en madre picó su corazón. De repente, dolorosos recuerdos amenazaron con resurgir, pero Zhao Lifei logró componerse y reprimirlos.
—A mi abuelo realmente le gusta la comida orgánica y de cultivo local del campo. Cree que es más saludable —Zhao Lifei explicó, recogiendo unas cuantas hojas verdes más.
No le había preparado comidas caseras en un tiempo y pensó que podría ser un buen gesto visitarlo pronto y cocinar para él.
—En efecto lo es —la mujer asintió para sí misma, pesando las verduras que Zhao Lifei había recogido.
Había algo sospechoso en esta abuela amable y gentil, pero Zhao Lifei lo ignoró. Lo atribuyó al cielo nocturno y la luz poco halagadora de las farolas.
—Deberías ir a casa ahora, jovencita. Se está oscureciendo bastante. No es bueno para una mujer hermosa como tú deambular por las calles —la abuela dijo preocupada, empacando rápidamente las verduras.
—Gracias, abuelita. Espero que también estés planeando ir a casa temprano. El frío está calando. No es bueno para tu salud y tu cuerpo —Zhao Lifei se quitó la bufanda que llevaba y la colocó alrededor del cuello de la mujer.
Si esta fuera la antigua Zhao Lifei, no le hubiera importado los mayores. Solía pensar que hablaban demasiado despacio o regañaban demasiado. Pero después de madurar en dos años, había retractado hace tiempo esa creencia.
Ahora, valoraba mucho más a sus mayores y se preocupaba por ellos.
—¡Ay, qué bufanda tan bonita! ¿Estás segura de que quieres regalarla? —la mujer preguntó, tocando ligeramente el material suave.
Zhao Lifei asintió sin dudarlo.
—Por supuesto. Te mantendrá caliente —dijo ella, ayudando a la mujer a envolverla alrededor del cuello.
—Gracias, querida. Simplemente eres demasiado amable —la mujer dijo cálidamente, mientras sus manos arrugadas tocaban la mano suave de Zhao Lifei.
—Ahora, vete. No querríamos que llegaras a casa tan tarde —la mujer bromeó, despidiendo a Zhao Lifei.
Ella se rió ligeramente y después de despedirse de la mujer, comenzó a caminar. Todo el tiempo que se alejó, no se dio cuenta de la intensa mirada en su espalda. La mirada había estado en ella por un tiempo, comenzando desde el primer momento que Zhao Lifei decidió comprar un paquete de calentadores de manos...
El hombre se sorprendió al ver a Zhao Lifei actuar con tanta cortesía hacia la anciana. Pensó que ella no era capaz de bondad y de poner las necesidades de otros antes que las suyas...
¿Era realmente Zhao Lifei?
No, probablemente era solo otra mujer que se parecía a ella. La Zhao Lifei que él conocía, era una mujer vengativa y cruel que no entendería la palabra "bondad" incluso si la ataras y la forzaras a memorizarla.
Zheng Tianyi dio una última calada a su cigarrillo antes de tirarlo al suelo y apagarlo con el tacón de sus zapatos de cuero.
Originalmente estaba planeando visitar el hospital cuando escuchó que el Big Boss de la Empresa Yang había sido gravemente herido en un horrible accidente automovilístico.
Zheng Tianyi no tenía la intención de ver a Zhao Lifei, pero sus ojos intrigados no podían evitar seguir sus interacciones con la abuela anciana. Estaba tan sorprendido de verla actuar de esa manera, que estaba inclinado a seguir observando para comprobar que era realmente Zhao Lifei a quien estaba mirando.
Pero su coche estaba a varios metros del carrito, así que era difícil distinguir a la mujer.
—Señor, no es bueno estar en el frío tanto tiempo. Deberíamos entrar y presentar nuestros respetos al Director Ejecutivo Yang —su secretaria privada, Chen Xing, una hermosa mujer de veintitantos años, habló.
Ella tenía curiosidad por lo que él había estado mirando mientras fumaba, pero como Zheng Tianyi era tan alto y ella estaba de pie a su izquierda, no podía ver nada.
—Está bien, vamos —dijo secamente Zheng Tianyi. Caminó hacia el hospital con las manos metidas en los bolsillos de su traje a medida.
Cheng Xing lo siguió, pero se quedó un paso detrás de él por respeto. Revisó su tableta y se dio cuenta de que había un nuevo mensaje.
—La hija de la Señora Wang, Zhao Linhua, va a cumplir años. Te ha invitado, ¿aceptarás la invitación? —Chen Xing transmitió el mensaje.
Zheng Tianyi no pensó mucho antes de responderle.
—Recházala. No tengo tiempo para estos banquetes de cumpleaños inútiles —Zheng Tianyi cruzó las puertas corredizas automáticas del hospital y se dirigió al ascensor.
—Ah, pero la señorita Mengxi es amiga de Zhao Linhua y ha expresado interés...
—Entonces acepta la invitación —sonrió Zheng Tianyi ante la oportunidad de hacer feliz a Xia Mengxi.
Recientemente, habían tenido un pequeño malentendido, y ella estaba enojada con él.
Quizás este banquete de cumpleaños la animaría...