Los días pasaron rápidamente y pronto se construyó la nueva instalación donde iba a ser transferida Pinra. Por supuesto, Gilas inspeccionó personalmente esa casa en particular dentro de los terrenos de la Mansión Keen. Tenía que asegurarse de que fuera lo suficientemente segura para contener a su prima en sus peores momentos, y no había forma de que comprometiera algo más allá de la máxima seguridad.
Eso también significaba que tenía que estar allí cuando su madre quería hacer algunos toques finales dentro del complejo. Suspiró mientras la veía trabajar y, al final, el lugar entero ni siquiera parecía una prisión. En su lugar, terminó pareciendo una casa privada en todo excepto en nombre. Tenía un jardín adentro, y también ventanas. Pero a diferencia de las que se encontraban en la antigua celda de Pinra, estaban barricadas con hojas de plata. Si Pinra intentaba escapar, no podría llegar muy lejos antes de ser capturada, eso era seguro.
