En el Castillo de Cordon
El amanecer llegó, y Xenia se preparó para su batalla final. Claro, no era final en el sentido de la palabra, pero sería la última vez que lucharía por su posición como Reina de Cordon. Después de esto, sería la indiscutible ganadora de la Prueba por Combate, que luego cimentaría su lugar como la Reina de Darío.
No pudo evitar burlarse de tal pensamiento. Ya era la reina de su esposo, y solo estaba luchando por una cuestión de óptica y formalidad. Después de todo, no le haría daño tener cierta legitimidad en su gobierno, y solo ayudaría a Darío a largo plazo si ganaba el respeto de cada cordoniano que la viera luchar.
Estaba segura de que todavía había algunos detractores por ahí, y se aseguraría de silenciarlos asegurándose de ganar este evento sin siquiera sudar demasiado.