Tan pronto como llegó el contingente occidental, Gedeón instruyó de inmediato a su ejército combinado para preparar una búsqueda exhaustiva en el bosque y sus alrededores. No dejaron un solo espacio sin tocar, y se aseguró de mantener a todos a una distancia respetable para evitar ser emboscados.
—¡Asegúrate de buscar cuevas ocultas! —ordenó Gedeón.
Llevaron a cabo su búsqueda durante horas. Pronto amanecería, y Gedeón se estaba frustrando.
—Comandante, hemos encontrado una cueva oculta... —informó uno de sus mejores rastreadores.
En ese instante, Gedeón y Freya se dirigieron hacia el lugar que les habían señalado. Llegaron rápidamente y ya, las cosas se veían esperanzadoras.
—Hay un hechizo protegiendo la cueva —murmuró Gedeón con el ceño fruncido. No parecía una cueva a primera vista, ya que estaba cubierta con plantas y arbustos, pero la presencia de un hechizo significaba que había alguien dentro.