[Día nueve dentro del Reino de Eferia / también conocido como Bosque del Elemento]
Devas frunció el ceño mientras miraba a Xenia, que seguía inconsciente sobre su cama.
—¿Cómo es que todavía no se despierta? —se quejó impaciente. Él entendía bien que el cuerpo de Xenia todavía se estaba ajustando a sus poderes angélicos, incluyendo la súbita aparición de sus alas, pero ya habían pasado dos días desde que sucedió.
Helena soltó un largo y profundo suspiro mientras lo tranquilizaba. —Ella despertará pronto. Lo mismo va para nosotros, especialmente para las hadas que nacen sin alas todavía —explicó—. Les toma unos días ajustarse una vez que sus poderes se realizan por completo.