Poco sabían las dos mujeres que sus olas de risa dentro del carruaje resonaban hacia el exterior de su propia privacidad. Darío y Nikolai cabalgaban en sus caballos un poco más atrás del carruaje, y podían oír cada risita y cada carcajada de sus respectivas parejas.
—Hermanos... —comentó Darío mientras sacudía la cabeza.
—Aunque no todos los hermanos se llevan bien —señaló Nikolai con una risa burlona.
Darío murmuró. No hizo comentarios sobre el tema ya que estaba bien consciente de que la familia de Nikolai era actualmente un lío.
Viendo el silencio de su amigo, Nikolai exhaló un suspiro y continuó, —Llegaron noticias... Mi esposa quiere ir a buscar a su hermano.
—Ya veo —comentó Darío—. Todavía estoy en un dilema sobre si decirle o no a Xen sobre esto, pero el mensaje de sus padres fue claro. No quieren que Xenia se distraiga. De alguna manera, parecen estar confiados de que Ezequiel no está en peligro.
