—¿Es eso una advertencia, Lord Gideon? —preguntó Freya con las cejas arqueadas, soltando una risita mientras se giraba hacia él.
Gedeón tenía una expresión seria en su rostro cuando respondió —No es una advertencia, dulce. Pero considéralo como si te estuviera avisando de mis acciones futuras... Pronto podría terminar abrazándote y besándote, milady.
—¿Qué tan pronto? —preguntó Freya con picardía.
Al escuchar sus palabras, Gedeón lo tomó como otra señal de que ella estaba de acuerdo con lo que él estaba haciendo. Una amplia sonrisa se extendió a través de sus labios mientras tiraba de Freya hacia sí rápidamente. Con un brazo rodeándole instantáneamente la cintura, su otra mano la sostuvo por la barbilla mientras la miraba intensamente.
Una vez asegurada su posición, se acercó más a Freya como si estuviera a punto de besarla. Al ver esto, Freya cerró los ojos, tanto que su rostro se arrugó en un gesto de disgusto. Estaba tensa y temblaba en sus brazos.