Xenia observaba cómo Osman preparaba sus comidas en la cocina.
—¿Eres un buen cocinero, Almirante? —preguntó ella con curiosidad mientras se sentaba en una de las sillas desde donde podía tener una mejor vista de él.
—Lo es —respondió Darío en nombre del Almirante mientras él también se sentaba en una silla disponible, arrastrándola junto a Xen—. Puede ser un buen cocinero si quiere.
Osman negó con la cabeza mientras decía —Dejemos eso de lado. Hagamos que nuestro tiempo sea productivo. Luego le hizo un gesto a Xenia —Ven, señorita. Ayúdame a preparar las comidas. Verás, esto también será parte de tu entrenamiento.