Xenia sonrió mientras observaba a Helena disfrutar del bol de frutas cortadas en frente de ella. Afortunadamente, se estaba recuperando bien bajo el cuidado de Aurelia.
—No sé por qué, pero tengo la sensación de que te conozco desde hace mucho tiempo ya, Su Gracia —comentó Lena con una sonrisa.
—Bueno, el sentimiento es mutuo, Lena —respondió Xenia con una sonrisa—. Por cierto, igual que Aurelia, también puedes dirigirte a mí como Xenia cuando solo estemos nosotras.
Xenia luego se volvió hacia Aurelia y preguntó:
—¿Crees que está bien que salga al exterior ahora?
—Sí, a partir de mañana puede salir sola —Aurelia asintió—. Aunque caminar al aire libre será bueno para ella, todavía necesita evitar actividades demasiado extenuantes. Después de todo, todavía está en observación.