El Lago de la Vida... ¿se había vuelto oscuro? ¿Qué significaba eso?
Xenia frunció el ceño mientras parpadeaba hacia Polo. El guardián, como de costumbre, lucía severo, pero la visión regresó a Devas antes de que ella pudiera pensar en una pregunta que hacerle.
—Ya no podemos comunicarnos contigo de esta manera, Xenia. Esta será la última vez que podamos hablar así. Tenemos muchas cosas que arreglar dentro de Eferia. Y aunque nos duela, Helena estará ahora en tus manos —explicó Devas.
—Ella nunca recuperará sus recuerdos pasados, ese es el precio de hacer algo prohibido. Por favor, cuídala. Deja que comience una nueva vida. Dale un nuevo nombre y no menciones nada sobre Eferia ni su participación en ello —soltó un último suspiro antes de terminar—. Nos pondremos en contacto contigo de nuevo en cuanto todo vuelva a la normalidad dentro de nuestro reino...
