Clara tomó una respiración profunda mientras se dirigía al comedor para una cena más temprana de lo usual. Había sido un desastre por su parte exponerse así frente a Gilas más temprano, pero lo hecho, hecho estaba. Ella había dicho que ya deberían estar acostumbrados a estar desnudos en presencia del otro, pero eso era solo ella intentando mostrarse valiente frente a la vergüenza que ardía en sus venas.
—Como si tú no lo quisieras también.
Ella sacudió la cabeza mientras ignoraba más de las burlas habituales de Sheba. Solo tendría que tomar las cosas un paso a la vez. Claro, le estaba resultando más difícil resistir su presencia, pero se mantendría firme por sus principios.
—Tú y tus principios… —su loba se burló de ella—. ¿Cuántas más excusas inventarás antes de simplemente hacerlo?
—Tantas veces como sea necesario hasta que todo se sienta natural —Clara rió internamente—. Simplemente... no se siente bien, ¿de acuerdo?
