Calipso no pudo evitar olfatear el agradable aroma que actualmente se difundía dentro de la alcoba de Aurelia. Cada rincón olía a su pareja, y deseaba tanto tener una pijamada con ella allí.
—¡Loco! —Axel lo hizo volver en sí, y Calipso rió por dentro ante el recordatorio de regresar al mundo de los vivos. Además, antes de que su querida prima Freya se fuera, tuvo la consideración de transmitirle telepáticamente cómo había confrontado a Aurelia sobre los sentimientos de esta por Gedeón. Sacudió la cabeza, recordando las palabras exactas de Freya antes de irse.