Samuel había estado esperando a que Lucy llegara a la habitación, ya que parecía haber desaparecido en una de sus caminatas. Desde los últimos días, Lucy había estado extremadamente callada, y él no podía evitar preguntarse si algo había sucedido.
Todavía la necesitaba para obtener información en el castillo para continuar buscando al ángel oscuro. Al notar la presencia de Madeline, él puso la fachada de esposo amoroso en su rostro y avanzó para saludar a Lucy, que fue cuando su pañuelo se le escapó de la mano, y se agachó para recogerlo.
Antes de que Samuel pudiera decir algo, Lucy decidió tejer una mentira —Lady Madeline y yo íbamos a salir. Y vine aquí para cambiarme de ropa.
Por un momento, Madeline se sintió confundida sobre si habían tenido una conversación al respecto pero al ver que Lucy se volvía hacia ella, decidió seguirle la corriente y asintió con la cabeza.