Lucy permaneció en el cementerio un rato más antes de subir al carruaje en el que había llegado con su criada. Calhoun le había dado algunos regalos para que los llevara de vuelta a la mansión Grivelle, que ahora estaban atados en la parte trasera del carruaje mientras continuaban su viaje de regreso a la mansión donde vivía con su esposo.
Para cuando el carruaje regresó a la mansión, ya era de noche, y Samuel también había regresado de su trabajo.
—¿Cómo está todo el mundo en el castillo? —preguntó Samuel con voz indiferente. Estaba sentado detrás del escritorio en la sala de estudio y estaba escribiendo algo que debía enviar a los magistrados.
—Están bien —respondió Lucy—. Conocí a Madeline, la mujer de la que el hermano Calhoun está enamorado.
—¿Cómo es ella? —preguntó Samuel como si no la hubiera conocido ni visto.