Lucy pudo ver la emoción en los ojos de la criada al hablar sobre el boletín informativo. Los otros sirvientes, especialmente las criadas, estaban curiosos por saber sobre las noticias que allí se escribían. Dado que los sirvientes no podían leerlo por sí mismos, dependían de la dama de la mansión, quien era lo suficientemente amable para leérselos.
Al ver su entusiasmo, Lucy rió con suavidad. —¿Qué tal si todos entramos a la mansión y tomamos un té mientras lo leemos?
—¡Sí, milady! —La criada sonrió y rápidamente se dirigió al interior de la mansión antes de ir a la cocina mientras llamaba a los demás. Empezaron a preparar el té no solo para Lady Lucy sino también para ellos mismos.
